domingo, 12 de septiembre de 2010

ah, ¡cómo te quiero!(y aborrezco)

Si, son la 1:30am y estoy escribiendo esto debido a que el archivo no carga y es urgente que me entretenga con algo, no vaya a ser que me duerma para cuando el "moa" pase el final y hacer la presentación. No, el brete no es para mañana, tampoco es para esta semana, simplemente me agrada a veces estresarme por cuestiones mínimas, yo "soy" así o al menos así me lo dijeron alguna vez. En fin, la entrada era sobre...ya, ya sé de que se trataba y sobre que iba a escribir, ahora procederé a digitarlo coherentemente (espero).

♪Se llamaba Lucía y yo la quería, la quería tanto, pero también la aborrecía, la aborrecía como si nunca me hubiese dejado en paz y como si nunca hubiese sido yo el que le dijo que me "acosara"

— Acósame si quieres — dije con un cierto aire petulante
— Bueno — dijo ella como si fuera un genio que sigue las órdenes de su amo

No me gustó, ese "churuco" de que me acosen, me sigan y me hablen, una cosa es que a uno lo acosen sin que le hablen, con eso no hay problema, no te dicen nada y hasta parecen respetarlo a uno, por otra parte están esos acosadores y acosadoras, molestos, hasta más no poder, como si vinieran en "combo" con una serie de actitudes molestas y hablan, perdonen que me ponga "chúcaro" con esto pero es "un algo" que no me deja pensar y me perturba a sobremanera. ¿De que CARAJO habla un acosador con su acosado? pues la respuesta es clara y salta a la vista, sobre el acosado en si:

—Fuiste a Taco Bell — ella sonríe mientras me lo cuenta
—Si, estuve ahí, por eso lo sé — le replico mientras giro los ojos en ademán de parecer impaciente por algo
—¿Y ahora? ¿siempre a la calle en la noche? — no deja de sonreír, con una mano en su espalda
—Si, lo más probable que si — contestó sin preguntarme cómo consiguió esa información, es mejor no saber esas cosas

En ese instante, con un movimiento fugaz de una pluma plateada (o eso parecía) el piso empieza a llenarse de sangre, casi en el mismo momento empiezo a sentir los síntomas claros de una puñalada en mi cuerpo, pérdida de sangre, pérdida de fuerza, dolor, hoyos donde no los debería haber, lo usual; caigo desmayándome, mientras empiezo a sonreír, al fin me libro de ti y como regalo de mi despedida te mando un bonito par de mis dedos del medio para que los metas en ya sabes donde; con horror observo que procedes a realizar el mismo movimiento hacia ti y que con una sonrisa antes de caer empiezas a abrazarme.

—¿a donde? —  su voz me saca del sueño y me destierra a estar en ese pasillo inusualmente desierto con ella
—no sé, los maes deciden — respondo por responder, ¡claro que ya sabe donde voy! miro el cel para ver la hora y me sorprenden las gloriosas dos de la tarde, clases.

Lucía ya no me acosa, creo que desde que conocí a "la otra" no me ha vuelto a acosar, la vida me sonríe, con una sonrisa que lo deja pensando a uno si esta utiliza de esa pasta que blanquea los dientes;
pasan los días y yo sigo pensando en la muchacha del bar de aquella noche: se deja invitar, invita, baila, canta, habla de cuestiones tanto importantes como no importantes, apuntada y no le importa quien toma la iniciativa, en otras palabras, libre. Al parecer "nos gustamos" y ella me lo hizo saber "arrinconandome" en una esquina del bar, le dije que estaba de acuerdo y salimos varios días después, sin compromisos, nada serio, "por salir"  al cabo de unos días en una cita ella me mató con con unas palabras que parecían hechizo

—Acósame— con cierto aire petulante que a uno lo llena de ganas e interés de saber como es esa persona
—Bueno— respondí secamente, para darle a entender claramente lo que iba a hacer.

El caso es que no le volví a hablar, no porque no me gustara, no porque no tengo ni su cel(oficialmente) ni su correo(¡ja!), sino por el hecho de que me caen mal esos acosadores que le hablan a sus acosados, como si no tuvieran nada mejor que hacer que ir a hablarles, ¡que falta de respeto! ¡que falta de moral! mejor me voy porque faltan cinco minutos para que salga de clases y no quiero que me vea, la última vez casi me saluda.

|♪Como te extraño Lucía, siempre dije que no te quería y al final eso no es lo que parecía
quise tenerte pero ya no podía, desde que te convertiste en acosadora mía

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