martes, 31 de mayo de 2011

Hola, soy obsesivo

Tengo un problema, no es un problema que pueda ser resuelto por todas las personas del mundo, mi problema es exclusivo y tedioso, es un problema para los aficionados a las obsesiones.

El problema radica en que las obsesiones se me agotan y no quiero tener que ser como esos junkies que pasan repitiendo obsesiones como mascando chicle viejo, que una persona, que una meta académica, que mi auto nuevo, todas repetidas innumerables veces, tanto que pierden el gusto y se vuelven una materia gris asquerosa entre mis dientes.

Soy un obsesivo, si bien no lo aparento, es porque me obsesiona no aparentar mi condición, pero aún así siento esa picazón por decirle a la gente "Hola, soy obsesivo" y por ello lo he estado mencionando mientras les revelo mi problema.

Aunque sea obsesivo, me conformo con pequeñas cosas, hacer pequeños círculos con el humo del tabaco, realizar etnografía clandestina y caminar de tal manera que mis pies queden en un segmento diferente de la acera cada vez que doy un paso. No soporto las aceras sin grietas, pienso que el hecho de que a alguien se le haya ocurrido agrietarlas ha sido la idea más genial desde los protectores de pantalla que son un laberinto.

Algunas personas, y talvez la mayoría piense que me conformo con todo, pues no, la verdad es que como mencioné anteriormente, soy obsesivo y soy además obsesivo con mis obsesiones, un día observaba como una persona me buscaba un documento importante, asquerosa demostración de la poca organización con que revisaba sus cosas, en un momento era el escritorio y en el otro las gavetas y luego volvía el ciclo caótico, tan fácil que era revisar en un orden descendente, empezando por los documentos que se encontraban encima del frío escritorio para luego proceder a las oscuras gavetas de éste.

Respecto a mi problema, bueno, en realidad no es tanto un problema como mi más nueva y preciada obsesión, estoy tan feliz, tan feliz que a veces no me obsesiono con las aceras por ir pensando en que ya no me entretiene tanto, o que cada vez son menos las visitas que me hace mi madre.

Hace mucho que dejé de obsesionarme por mi madre, me acuerdo de cuando era de esos obsesivos que por todo se desvivían, apenas ella me llegaba a visitar yo le suplicaba que no me abandonara, una obsesión un tanto obscena de la cual no me siento orgulloso, y armaba un barullo insoportable para lograr que se quedara unos minutos más.

Entonces llegaban ellos, con sus batas impecablemente blancas, obsesivos profesionales claro está, y me tranquilizaban diciéndome que pronto dejaría de ser obsesivo si no colaboraba, acto seguido me servían el coctél de pastillas y la inyección que me salvarían de una vida libre de obsesiones.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Opa, tenemos invitada



Bueno, para variar las cosas, voy a publicar algo que ha escrito mi amiga Carito una de las personas que de vez en cuando me agrada leer


Compromiso audiovisual sobre migración y refugio:
“Olla de carne sin fronteras”


Por Carolina Rosabal:

Más que la imagen, es el mensaje

La producción audiovisual no es una ciencia o un arte por sí sola, es una forma más de comunicar ideas. Por lo tanto, al ser una rama de la comunicación, no puede desligarse de lo social. Si se tratara solamente de la ley de tercios, del balance de blancos y del eje de acción, no sería más que diseño gráfico o cine. Pero es como una olla de carne, donde se reúnen diversos ingredientes que se mezclan y es lo que les da el sabor. La producción audiovisual es una forma de darle vida a la comunicación y así llevarla a la sociedad con mayor dinamismo. Es un platillo que todos y todas terminan comiendo.

Una de las tareas favoritas en la producción audiovisual, de hecho, es el contenido social. Ya sea en un ensayo fotográfico, un documental o una cuña de radio, los temas sociales son algunos de los más buscados. Sin embargo, a veces el productor o productora se olvida de su verdadera función y se va más por las ramas de la estética. Hay buen caldo, pero ¿y la carne, la verdura? El caldo por si solo llena el plato pero no quita el apetito. Y eso, precisamente, es lo que me gustaría recordar en mi futura labor como productora. No dejar al público con hambre de buenos mensajes.

Migración y refugio: se come a medias

                El tema de migración y refugio, en especial, es uno de los que sufre más desnutrición. Se toca pero no se profundiza. La mitad queda cruda y la otra, se quema. No es un mal de la producción audiovisual solamente, las demás ramas de la comunicación también pecan de malos cocineros, hay que ver el caso del periodismo o de la publicidad. Pero, hablando sobre lo audiovisual, específicamente, es irónico que el principal error sea que hace falta elaborar más la fase de producción.

                Los mensajes que se transmiten en los medios, especialmente televisión y prensa escrita, pueden verse bien y estar “bien logrados” a nivel de imagen, pero están cargados de estereotipos, falta de investigación previa, falta de un enfoque limitado. Se trata de cubrir todo pero al final no se cubre nada. Si esa verdura no se sabe cocinar, mejor no echarla en la olla.

                El lenguaje audiovisual debe procurar retratar la realidad de la forma más fiel, en la medida de lo posible, ser equitativo y buscar la forma de sembrar un buen mensaje en la conciencia y la memoria social. Un buen documental, por ejemplo, no se va por contar la historia que ya se sabe, sino buscarle el otro lado y darle la misma importancia. Si generalmente se habla del migrante como una amenaza, ¿por qué no mostrar las amenazas que el migrante tiene que enfrentar para poder salir de su país? Muy poco se ha visto y dicho sobre las condiciones de un refugiado. No se trata de infundir lástima con una foto en blanco y negro, sino de mover la conciencia colectiva a buscar soluciones o mejoras a los problemas sociales.

Es cierto, un documental o un corto no arreglan el mundo, pero si se producen de manera correcta, tomando en consideración lo que un buen proceso de comunicación requiere, puede calar en la sociedad y dar un paso más hacia las buenas prácticas audiovisuales.

Es mi compromiso, como futura productora audiovisual, mantener mi palabra, ya puesta contra papel, y pensar siempre en la olla de carne al realizar algún mensaje. ¿Por qué? Porque la olla es grande, pero no precisamente le caben todas las verduras que existen. Es mejor escoger las que valen la pena, que no estén muy verdes ni muy remaduras, quitarle los pellejos a la carne, y aunque tarde más tiempo, que al final sepa bien y que satisfaga la necesidad de alimentarse.

Muchas veces eso es lo que le falta a la comunicación. Come por llenarse pero no se nutre. Y mientras tanto los migrantes y los refugiados siguen siendo vistos como amenazas, como invasores y nadie le reclama a los comunicadores que se inicie un cambio pronto.

Tal vez no puedo arreglar las noticias que se publican ni las campañas publicitarias que muchas veces inducen a la xenofobia, pero al menos si puedo mostrar la otra cara de la moneda, si puedo difundir mensajes de igualdad y de solidaridad, si puedo hablar sobre derechos humanos y búsqueda de buenas condiciones de vida para aquellos y aquellas que viven en tierra foránea.

Es una promesa que todos los comunicadores deberíamos plantearnos desde el inicio de la carrera universitaria, no solamente para sacarle una sonrisa al profesor cuando revise los trabajos, sino para sacarle una sonrisa al público cuando se sientan satisfechos por la información que reciben. Si algún día logro ver un rostro de llenura (como cuando uno se frota la pancita después de comer) en alguien del público que acaba de observar alguno de mis mensajes, entonces sabré que voy por buen camino hacia las mejores prácticas de comunicación.

martes, 30 de noviembre de 2010

Del ritmo, culioladas y habilidades sociales 2.0

No siempre soy creativo, al menos de una manera que me agrade, como que fluyan las ideas por mi mente y simplemente las voy utilizando mientras avanzan a un ritmo pausado, avanzan al ritmo de una canción romántica de los 50s probablemente este desfase en el tiempo es lo que me impide escribir, habría que repasar a ver.

Nunca fui bueno para escribir culioladas, allá por 5º de la escuela cuando tuve mi primera "novia" fue un vacilón ya que era un carajillo inmaduro y dolor de huevos (digo era pero lo sigo siendo a veces)  las culioladas florecían a veces, mi mente estaba en modo gráfico mientras yo dibujaba en mis cuadernos espadas, personas y otras carajadas que dibujabamos cuando chamacos.

Años después aprendí a dejar de decir esas cosas, el carajo tímido en el cole, que tenía un grupo como de 4 amigos solamente pasaba vacilando y riéndose de la gente con sus amigotes, ese era el modo social/emisor mensaje receptor, simpleza de comunicación no estoy orgulloso de esa etapa ni lo estaré probablemente; mis habilidades sociales 2.0 emergieron hasta 10º de cole cuando me tocó hacer nuevas amistades y comunicar mis ideas mucho más seguido.

Y dando otro salto en el tiempo entramos a una época donde empecé a desarrollar mi "yo" literario, me creé varios personajes que eran como reflejos de lo que me sentía o de las aspiraciones que sentía, muchos son personajes vacíos con dos o tres características que los ligan pero a fin de cuentas vacíos, como que me estaba esparciendo mucho por la tinta.

Tenía un cuaderno con anotaciones, pensamientos y alguna que otra reflexión, algunos lo llamaban "diario" otros lo llamaban "el cuaderno", para mí simplemente era un cuaderno en el cual me agradaba escribir, ahora mismo ese cuaderno cosecha polvo en el estante de mi armario, esperando a que lo lea para burlarme de mi "yo" de antes.

En fin, escribiendo en uno de estos blogs, siempre me doy cuenta de que quiero decir cosas pero me arrepiento, es más sencillo darle a una tecla  y corregir los errores que ponerse a replantear lo dicho y empezar de nuevo, probablemente por eso muchas de mis anotaciones no tienen tanto sentido, o por eso es que ahora no las entiendo, no sé. Creo que por eso dejé de fluir, escribir en un blog es interesante, en internet uno es otra persona, aunque use su identidad real, pero no sé que tanto eso me conviene o le conviene a mis ideas, la tecla de borrado es tan tentadora y queda tan cerca de mis dedos.

Creo que me vendría bien un cambio de ritmo

miércoles, 24 de noviembre de 2010

A veces veo

 Intento de una opinión que no posea tanta deseabilidad social

 A veces veo que en un noticiero el presentador indica la nacionalidad de una persona sin que esta lo amerite, a veces veo que algunas personas que me rodean dicen "quitan trabajos" o "vienen a hacer daño". A veces veo como en algunos anuncios publicitarios se explota la imagen de las personas migrantes, o de las personas en condición migratoria irregular, "ilegales" les dicen a veces, en otros casos menos comunes se utiliza la cara de una persona refugiada y su testimonio como un acto de sensibilidad para que junto a nuestro corazón abramos la billetera a esa organización privada que nos pide caridad.


Probablemente trabajando en una empresa cualquiera no tenga posibilidad de elegir, en un escenario imaginado uno siempre piensa que va a hacer lo que quiera y que puede aplicar su moral o sus creencias a su trabajo, en el caso de los artistas esta verdad por lo general se cumple, y un poco entrando más en el ámbito técnico tenemos ciertos arquitectos y ciertos ingenieros o hasta matemáticos implantar un poco de sus creencias en su trabajo.

En el caso de la comunicación y mucho más en el ámbito de la publicidad esto no se puede hacer, trabajas para un cliente, y este te dice lo que quiere, uno hace recomendaciones, pero si estas recomendaciones no dan frutos, la empresa empieza a ver tentadoramente a los diez aplicantes que están detrás de uno esperando un puesto en la empresa.

No estoy diciendo que uno no lo puede intentar, mucho menos que debe de venderse así "al suave" sino que intento decir que en el ámbito laboral, la competencia y el expediente de trabajo hacen de la ética profesional y de las creencias personales un material muchisimo más flexible que el caucho y menos duradero que el algodón de azúcar. No digo que eso sea bueno, sino que es lo que sucede (en algunos casos)

¿Y para qué tanta alharaca sobre esto?  Bueno, talvez para decir que estoy dispuesto a comprometerme a un nivel "básico" de ética profesional, tampoco es que voy a pasar metido en ONGs o en campañas de caridad, pero al menos, cuando se me presente la oportunidad de no utilizar eufemismos o denominaciones incorrectas, la tomaré, si puedo explicar efectivamente que uno no puede "ser ilegal", lo haré; al rato y puedo no ser una de esas personas que están en la introducción del blog de algún otro estudiante de comunicación.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

No soy de acá

Soy migrante. La situación en mi pueblo lo requirió, con pesar dejé a mi familia, amigos y colegas para buscar oportunidades en mi vida, tuve suerte ya que un contacto me ofreció alojamiento mientras me estabilizaba, mientras hablábamos no podía dejar de pensar en como me las iba a arreglar en aquél lugar desconocido.

Al principio fue difícil, no conocía las calles, las avenidas ni los puntos de referencia que me decían para llegar a cualquier lugar; nunca había estado en ese lugar ni tan siquiera conocía su nombre; todos parecían conocer el lugar como la palma de su mano, y algunos hasta lo hacían ya que toda su vida estuvieron en contacto con este territorio.

Pensaba que el cambio sería fácil, el cambio de cultura no era tan pesado como si me fuera a un país angloparlante o que hablasen un idioma diferente al mío, pero no contaba con los demás cambios, algunos más sutiles que otros, a los que debería acostumbrarme para ser "uno más" de los que viven acá.
 
Soy migrante en mi país, si bien este término siempre se utiliza junto a personas de nacionalidades, para mi la definición de migración no se remite sólamente a el traslado entre países, sino que cualquier persona que haya tenido que dejar algún lugar por causas sociales o económicas.

Un papel no representa de donde soy ni de donde vengo, al final son mis recuerdos los que determinan de donde soy, a donde voy y por qué me sigo moviendo

viernes, 5 de noviembre de 2010

Como que se me olvidó (o no)

Al rato no fue inconsciente, nunca lo sabré, el punto es que lo hecho hecho está.

Es curioso como los recuerdos se ven afectados cada vez que accesamos a ellos, tal vez una comparación equiparable sería un feed de algún sitio, no, mejor el feed de Twitter, cada vez que uno entra hay millones de partículas de información que se generan en nuestra mente alrededor de ese recuerdo (guiño) HT (guiño) algunos retweets (como cuando a uno le dicen "mae, no la vara fue así) y a veces (por lo general con los recuerdos muy antiguos)  nos sale la "Fail Whale" y nos fuimos de lagunazo.

Ahora bien, si seguimos jugando con la analogía, podemos hasta decir que a veces simplemente se nos olvida la contraseña, esto para cuando no nos acordamos de un número o de si el café era a las 4 o a las 8 (no pregunten) entonces nos quedamos como cuando en el plano real se nos olvida la contraseña, con una mirada en blanco intentando acordarnos de ésta (el plano mental se acerca más a dejar las llaves del carro dentro de éste ahora que lo pienso) y bien ¿y las personas que comparten contraseñas? pensarán los más sagaces de ustedes con un gesto triunfal y una sonrisa cool en sus caras; ah bueno, en este caso es como con la gente que uno comparte contraseña, hay "confianza", uno no le anda diciendo sus contraseñas a la gente que se nos sienta al lado en el bus (no, ¬.¬) uno comparte recuerdos o muchos recuerdos con personas en las que se confía de una u otra manera, entonces esta gente tiene acceso a recuerdos que nosotros no.

Luego, empezando a crear una visión un poco retorcida de la memoria y cambiando su percepción actual de Twitter y al rato hasta de su computadora personal, puedo empezar a jugar con lo que son las visiones alteradas de la realidad, por ejemplo aquel chiste que contamos en clase que fue tan gracioso al rato no lo fue, ¿cuantas personas se reían?¿cuántas de esas personas están en su clase?¿no creen que el panda sentado en la esquina se ve algo sospechoso? respuestas "no sé", "no sé" y "sí, ahora que lo menciona me da un poco de miedo" ¿Por qué? porque la verdad uno casi siempre quiere ver lo que quiere ver. 

Vuelvan arriba, donde dice HT, ahora abajo, ahora arriba de nuevo, ¿se acuerdan de los Hash Tags*?  Bueno, con eso me refería básicamente a los "filtros" que uno crea para sus recuerdos, cada vez que visitamos un recuerdo lo vamos etiquetando, y conforme a éstas etiquetas vamos organizando recuerdos, modificándolos a su vez, parte de lo que plantea Frederick Bartlett con su teoría cognitiva.

Para finalizar y dejarlos libres de irse a una esquina a llorar mientras piensan en su existencia y los más imaginativos se crean teorías de la Matrix, me agradaría pedirles que cuando archiven esta nota como un recuerdo incluyan el HT de panda, siempre he pensado que los pandas son un elemento indispensable que mejora todo recuerdo....o no

*     Mil puntos para los que conochen 
**   Dos mil puntos para los que ♥ el panda
*** Tres mil puntos para los que le dan follow

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Sentir que estamos bien

♫no como, no bailo
no puedo vivir
y así como estoy
te ríes de mi♪

Creo que noviembre va a ser mes de entradas cortas, ¿por qué? porque en realidad no e he sentado realmente a pensar en lo que voy a escribir en el blog, entonces lo dejo a mi "imaginación"(inserte GIF de bob esponja acá) por lo tanto me atengo a una beyotch que es demasiado caprichosa, en cualquier momento estoy pensando en la teoría de cultivo o la de la espiral del miedo y al momento siguiente le digo a alguien que es un sol cubierto de chocolates y unicornios porque me ronca.

¿qué sucede? bueno, resulta sucede y acontece que hoy, especialmente ahora en la noche estoy demasiado activo mentalmente, muchos "to do" que tenía desde hace días los completé (remendar pantas FTW!) y hasta me dio tiempo para estudiar un poco de teoría y argumentar otro poquito, no se me da esto de hablar paja en serio, osea, si, pero he perdido demasiada práctica desde el cole y de cuando argumentaba con Mario sobre si era mejor utilizar los LEDs de color verde o rojo, cosillas así 

En fin, muchas cosas han sucedido desde que escribí por última vez en este espacio, (los followers se mantienen desde 1823) pero tal vez lo más remarcable es que tengo una hipótesis que va como por la línea que plantea Lazo sobre los antojos, aún no la he terminado y tampoco he encontrado el epicentro de ésta pero por ahí andamos :P

Tres cosas por aclarar:

1- Hoy es noche de Horvilleur, si no sabe, googleelo  ಠ_ಠ 
2- NO, no es una "entrada diario" ni lo será, o al rato si, pero de mi alterego en Internet
3- Respecto al título de la entrada (allá arriba, vealo de nuevo si no le llegó) di pues ¿que mas hay que decir? sentir que estamos bien es toda