sábado, 2 de octubre de 2010

Relato nº1

No se queja de su vida, la ha sabido vivir de una u otra manera, el sofá, la cama y el tapete le traen vagos relatos de lo que aconteció la noche anterior; el desorden llena la sala mientras él va por un café, nunca se pudo librar del vicio, a sus 54 años ya ni pensaba cuando lo preparaba, era una función automatizada por su cuerpo.

Con una taza de humeante café en la mano se acercó al balcón para observar el amanecer y tomar una decisión; el deadline era apenas en dos semanas y no había avanzado del incidente con las escaleras en el capítulo cinco, quería continuar con su relato pero frente al él se levantaba un muro degradante que le hacía odiar todo lo que escribía a partir de allí; "es estrés" le dijo un amigo, "haz una fiesta, sal, diviértete un rato" le afirmaba con un aire jovial. "Una fiesta" pensaba mientras bebía su café "siempre pensé que las fiestas a los 54 años solamente las podían sacar los rockstars" y sin embargo ahí estaba, bebiendo café en el balcón de su habitación destrozada por los invitados.

Se desperezó, tomó una caja de cigarrillos del sofá y se fue al clóset, de donde salió con su antigua máquina de escribir, quitó toda la basura que había en su escritorio y se dispuso a continuar su historia, leyó el documento en su laptop para recapitular y empezó a escribir

" de donde no se observaba cambio aparente, ella caía en un abismo y lo sentía, casi hasta predecía lo que iba a suceder a continuación, un frío recorriéndole la espalda y en efecto un escalofrío recorría su espalda haciéndole estremecer.."

Las teclas resonaban conforme el continuaba el relato, musicalizando la misma escena que escribía, le agradaba el sonido, le traía recuerdos al mismo tiempo que creaba otros en su personaje, el incidente de las escaleras, el abismo, los dos enmascarados que habían entrado esa noche a la casa, la pesadilla que no la dejó dormir y la hizo bajar por una merienda nocturna, los disparos, el momento en que los enmascarados tiraban la puerta de la habitación, la tortura para sacar información, más disparos...

Dejó de escribir y volteó hacia la cama, desde allí su cuerpo sin vida lo observaba con una extraña mueca en su cara; "tuve que haberlo sabido" pensaba mientras se fumaba otro cigarrillo "sólo un rockstar puede sacar una fiesta a estas edades".

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